HORA BRUJA / CON LA GRACIA DE LOS COMEDIANTES



Me llamo Pierrot y no tengo alma de selenita, pero quienes me conocen aseguran que me hallo más cerca de la luna que del planeta tierra. ¿Estoy hecho un sujeto que desvaría? Me puedo sentir un surrealista  enmascarado cuando quiero poner en acción la testa que tengo para acabar el cuerpo en algo raro; a pesar  de ello   creo que mis disparates provienen más bien como muestra de del  sentido del humor un tanto desmadrado  con que os ataco,  que me hace  enrevesada protagonista también y enrevesado de actos marcados por los efectos de una moderada  y quizás mal entendida empatía.

Al lado de este hombre enamorado con aires de muñeco articulado acompañado también de otros  pequeños enredos que me dirigen hacia  ese mundo a veces feliz o no, pero siempre con ciertos toques de magia irreal  como es la Comedia del Arte Italiano. Entre otros, me  acompañan algunos elementos distorsionadores un elemento distorsionador. ¿Dije uno? Pues no, que en este caso hay que añadir a un tal Pantaleone insensato, además de la hermosa y coqueta Colombina, quien a todos dice si y a nadie dice no. ¿Y qué diré de Arlequín? El planteamiento de la trama hecho a mi medida,  o más bien de acuerdo con mi propia  imaginación, ha quedado bailando en los mares de las dudas. 

Que me perdonen los ortodoxos, que cada uno tiene sus debilidades, así como  puntos de vista  y de sentires no convergentes. Por favor, ríanse, pero no sean exagerados buscando maldad con improvisaciones desbarajustadas,  admítanlas y aplaudan. La farsa ya ha comenzado. ¡Arriba el telón!

Estamos en lo que vendríamos a denominar “el monte pelado”. La visión del mismo   es total y resulta imaginativa. El sol ya ha iniciado su escondite para dar paso a la noche. La luna inunda al firmamento cargado de poesía. Pierrot, al tiempo,  abraza con mimo su vieja mandolina, alza rítmicamente su voz suave y adornada de gestos cálidos,  a la vez que permite  respirar unas fragancias que dan sabor y olor amoroso con vientos dulces y acariciadores cargados de romanticismo. Van de pueblo en pueblo, de arrabal en arrabal, hacen piruetas por las calles y plazas, al tiempo  que lanzan al aire sus canciones, unas veces con carácter rústico y  hasta picanton, si bien otras que no. El romance y las risas siempre han estado presentes. Tiempos ha, remontándonos a siglos atrás y acercándonos más a esta época con protagonistas como Putin y Trump existían compañías cargadas un ingenio emborrachado humor y de un aroma cálido que alegraba los corazones a las gentes de los pueblos y barrios con historietas de los más diversos tiempos. “Que vienen los titiriteros”, “Ya están aquí los cómicos de la legua” eran frases que empezaban a con aire despreocupado para  dar inicio a la Comedia, unas veces en los accesos a lugares públicos, siempre con escasez de medios. Los más pudientes venían por lo menos con dos o tres carros tirados por caballos de carga o mulos, o con camionetas desagarradas en las que se transportaba a los cómicos  para llegar a sus destinos. Al aproximarse  a cada espacio de actuación, los intervinientes también eran saltimbanquis y payasos que atraían al público haciendo piruetas y malabares antes de que la función diese comienzo. Aún recuerdo momentos llenos digo algo así:

 

“Venid paisanos, venid amigos

“Os invitamos a reír y a cantar

La fiesta va a empezar

Ante vosotros se encuentra

La atracción de Colombina, bella

y hermosa como siempre.

Es la alegría y dulzona hechicera.

Le acompaña Pierrot con su mandolina

Mientras canta y mira a la luna,

se ve salpicado por el amor

Y le aparecen dos lagrimillas 

Que como perlas van por su rostro.

Pero no lloréis, paisanos,

junto a nosotros se encuentran

provocadores y provocadoras…

que elucubran en demasía,

y hacen  reír a la gente

y os atacan con sus romances.

¿Qué es la vida?, ¿Qué es el amor?

 

“A ver, el de la primera fila, que conteste:

“Es que me da mucha vergüenza”.

responde el invitado.

“Pues Manolo mío  no mientas, 

que  cuando quieres eres muy “salao”,

asegura  su mujer con una carcajada

Así que rían sin parar.

Y como he dicho antes, 

No se corte nadie que el Manolo

Es hombre agradecido….

Y dichas estas tonterías

llega un desfile de modelos 

que como colofón tiene

una ronda de canciones

y bailes con estilo arrevistado.

 

MANUEL ESPAÑOL

 

 

  

Comentarios

Entradas populares de este blog

PIRENA MÁGICA / ULTIMOS CONCIERTOS Y DESPEDIDA ENVUELTA EN APLAUSOS

HORA BRUJA / EL MUDO FANTÁSTICO DE FEDERICO FELLINI

HORA BRUJA / APARIENCIAS TRISTES, SOÑEMOS EN COLOR