EL CANDIL / LIGERO DE EQIIPAJE, CASI DESNUD0
Creo que soy un hombre sensible y sentimental. Tengo un nudo atado a mi garganta. Mi voz que está quebrada me traiciona, y de mis ojos sale un líquido lagrimal que me delata. ¿Qué es la vida?, ¿qué es el amor?, ¿qué es el adiós que parece me acecha en las esferas más traidoras? . No sé, nunca acierto. Mi alma sufre y mis pensamientos se nublan ante la presencia de un cielo estrellado en las distintas direcciones que no sé yo donde tendrán el punto de confluencia. Un caballo alado me sonríe y parece decirme : “Anda, triste humano, vete con Dios, si es que puedes. ¿Pero donde estás para poder llegar a ti? La duda me corroe cuando pienso en mi destino.
Escapado de mi patria, fijé mi atención, parece que inamovible en la costa francesa de Coillure, muy cerca de mi país todavía llamado España, pensando en mi Sevilla del alma, ¿Dónde estoy ahora? Mis ojos se han vuelto a nublar, al igual que mi cerebro, y a Soria le digo adiós. Y a Leonor, y a Guiomar, y… En realidad no hay nada mas bello que el amor, que no hace falta que se vea, pero si que se sienta hasta las entrañas más profundas, para endulzar la amargura en la mente y en el corazón.
Lao cierto es que, una neumonía le condujo a Antonio Machado, nacido en Sevilla el 26 de julio de 1875, dio su último suspiro el 22 de febrero de 1939 a las cuatro de la tarde. Tres días más tarde le acompañaba su madre. Pocas jornadas antes del óbito del poeta, quedó grabado en su pensamiento una frase que encogió a todos: “Señor, me cansé de la vida y el universo me ahoga.” Su cuerpo reposa en el cementerio de Coillure y sobre su tumba figuran banderas republicanas y un epitafio de forma rectangular de cerámica, cuyo texto es sobrecogedor:
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
M. Español
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