A MI MANERA / LOS HEROES NO EXISTEN


El “ ayayaaayyyy” sonaba tan fuerte como una a serie de gruñidos desgarrados y tan lleno de raíces de piedad machacada, que agujereaba el paisaje y humedecía los sentimientos. Era así el escenario de una cruel batalla que se libraba en zona de un monte pelado y salvaje, en    la parte más fronteriza del Valle de Tena. “Dios mío, por que permites esta injusticia, cuando ninguna acción bélica es justa..? En esas disquisiciones estaban los componentes de un grupo de milicianos,  cuando una terrible pesadilla  tomaba visos de realidad. Desde una  covacha minúscula pero por desgracia insuficiente, salían fuegos crimínales y encendidos,  nunca justificables. Una barbaridad si se hace en nombre de determinados ideales prácticamente inexistentes. 
Pedro Lanuza Carrascosa un aragonés que recién herido en un hombro por el impacto de una piedra casi gigantesca, perdió el conocimiento y a partir de la recepción del golpe entró en un sueño pesadilla que le llevó a articular algunas palabras inconexas que delataban dolor y solo dolor sin un solo ápice de odio. “Me veo solo y las hienas iluminan con sus ojos como si estuvieran dispuestas con sus dientes afilados  al ataque descarnado”. De repente Pedro despierta al ser golpeado por el cuerpo casi inerte de Cándido López Saviron, natural de Navarra. “¿Pero que te han hecho, amigo del alma, incapaz de hacer daño nadie? Te desangras, te estas muriendo. NO, NO, NO PUEDE SER....... Señor, si es verdad que estás en todo y  eres justo no lo consientas”.  Envuelto en un manto cargado de rabia y desesperación este luchador por la vida, ya con la menor fuerza física posible,  trata de  sacar arrestos de donde parece imposible encontrarlos. Es vitalmente necesario salir de allí y cruzar la línea fronteriza transportando el cadáver del amigo que aún mantenía los ojos en blanco. Mientras, en minúsculas fracciones de tiempo se divisaban muy cercanos cinco o seis hombres armados franceses que acababan de ser testigos directos de esa batalla deshumanizada (no existe el humanismo bélico) entre gentes que por no saber, no sabían ni  a qué lado pertenecían ni quienes eran sus “enemigos” del momento, cuando tan solo se contabilizaban heridos y muertos. Lo único que estaba claro como objetivo en tamaño disparate, era alcanzar Francia y salvar la vida propia y la de los compañeros de sufrimiento.
Pedro y Cándido eran  amigos, compañeros de trincheras, que a lo largo de las horas se intercambiaban confidencias. Una noche, a la luz de un candil, Cándido escribía: “porque es probable que dentro de media hora o dos ya no seamos gente viva. “Ay Jesusa, no llores como ahora lo hago yo, dedícate a cuidar a los niños y que nunca les falte nada. Esta carta que te escribo se la entregaré a mi amigo Pedro Lanuza Carrascosa y espero que consiga hacértela llegar. Si la vida me abandona a la otra zona divisoria, ¿te acuerdas del Mirador de los Pirineos cargado de  una belleza natural tan impresionante, por favor, me gustaría que mis cenizas reposasen por aquellos paisajes y dejasen allí una parte de mis esencias”. Finalizadas estas líneas cargadas de sentimiento y firmadas también con líquido lagrimal, las depositó en uno de sus bolsillos de la ropa de campaña. Instantes después caía Cándido casi inerte y colisionaba con el cuerpo un Lanuza desesperado. La zona de la muerte parecía irrecuperable. 
Sin embargo,  mientras  se desarrollaba la batalla de la sinrazón y estaba siendo observada desde el otro lado fronterizo por parte de seis hombres y una mujer apoyados por una ambulancia de auxilio  sin emblema ni bandera, rastreaban la zona y a base de sacrificio recuperaban esos cuerpos tan hundidos en las fases más desangeladas de la existencia. Trasladados urgentemente a un hospital de urgencia, se dieron cuenta de que el corazón de Pedro aún latía irregularmente, mientras musitaba unas palabras inicialmente entrecortadas a causa de unos nervios descontrolados: “Cándido, ¿dónde estas, donde estamos, quien dispara sin piedad, estas vivo?”.
Casi de inmediato cesaron los sonidos bélicos y en la sala hospitalaria se hizo un aparente silencio, mientras un médico uniformado y informaba en un español deficiente pero claro, que “monsieur López Saviron ha muerto. Usted ha tenido más suerte y su herida apenas reviste importancia. Lo siento por su amigo, que por cierto, dejo una carta de las que rompen el corazón. Tenga y lea, y si quiere llorar, hágalo. Por razones de seguridad yo ya la he leído con anterioridad”.  Los dos hombres se miran fijamente y con ternura y se enlazan con las manos. El humanismo mas sincero acaba de entrar en escena. 
Otro de los rescatadores que habían estado rozando la línea fronteriza, se une a sus compañeros protagonistas y es portavoz de unas noticias que de vez en cuando ensanchan el animo. “Su amigo será enterrado dentro de dos días en un jardín que tenemos frente al mirador de los Pirineos de Pau, muy cerca de donde nos encontramos en estos momentos”. Así se cumplía uno de los sueños de una persona sensible, que también era amante de  la naturaleza.
Pedro, por su parte,  seguía luchando en su batalla por la vida desde su alojamiento hospitalario, pero su preocupación se vio aumentada por la suerte los hijos de su amigo. Cuando había pasado algo así como una semana del desgraciado día, llegaron noticias, y no buenas del todo por parte del Consulado. La mujer había perecido ahogada en una huida y los hijos acababan de ser ingresados en un orfanato. Lanuza Carrascosa peleo, batallo y lucho hasta los extremos por  los niños. Contó con la ayuda del cónsul español, que hizo un acto de presencia con un buen grado de calidez y Pedro se sintió como padre querido
No, no es esta una historia con final feliz. Hubo una gran tragedia de por medio, a un precio que nada justifica tanto sufrimiento.
Un día, en un lugar próximo al Mirador de los Pirineos” vi un cartelón inmenso: “Murió en acto de servicio. Se diga lo que se diga, la auténtica verdad es que  los héroes no se fuerzan ni escriben la historia a voluntad. Hay quien dice que “los héroes no existen según a qué precios”

MANUEL ESPAÑOL

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